Los orígenes de Mustang hay que buscarlos en una ciudad, Elche. Durante los años 60 surge una generación de nuevos emprendedores en la ciudad, Pascual Ros fue uno de ellos.
Según Pascual Ros, esta andadura de más de 40 años se sustenta sobre tres pilares fundamentales, que han consolidado la marca Mustang hasta la situación actual: en primer lugar, el hecho de instaurar una cultura de producto rápido; es decir, el hecho de que el producto estuviese en el momento adecuado en el mercado. Por otro lado, llegar a lograr una relación de cercanía con el cliente y con los propios trabajadores, que Pascual Ros siempre consideró una familia y que trató de cuidar como tal. Y por último, la apuesta decidida, una y otra vez, por un proyecto de empresa, que la dotó de un crecimiento sostenible y una solidez de la que goza hoy en día. Todo ello realizado con una fuerte convicción personal del fundador: la de creerse más que nadie su marca, luchando por ella hasta el final y recordando siempre una frase que hizo suya:
“Sin ilusión no hay proyecto”.